Adar, un festival distinto para revitalizar el mundo rural
Pablo A. Marín Estrada Gijón
La IV edición del evento veraniego llevará música, instalaciones, danza y arte visual a pueblos de Belmonte, Salas, Somiedo, Grado y Llanes del 8 al 18 de agosto
La cuarta edición del festival Adar, una iniciativa cultural que busca revitalizar el mundo rural a través de las artes y la música en todas sus expresiones, en especial las vinculadas a las nuevas tecnologías y la creación contemporánea, empezará mañana mismo en Grado. En esta ocasión las actividades se desarrollarán hasta el domingo 18 de agosto en diferentes localizaciones de los concejos de Belmonte de Miranda, Salas, Grado, Pola de Somiedo y Llanes. Conciertos y microconciertos, instalaciones artísticas, performances y danza integran la programación de este encuentro que concluirá con una fiesta popular con sidra y empanada en Leiguarda (Belmonte), el lugar del que surgió esta propuesta y donde tiene su sede la Asociación para el Desarrollo de las Artes en el Medio Rural, impulsora de la misma.
Tal como evoca el músico y compositor Guillermo Laporta, creador de Adar junto a la también intérprete Josefina Urraca, el proyecto nació hace cuatro años en plena pandemia cuando ambos se instalaron en una aldea de Belmonte de Miranda: «Percibimos que había una necesidad, aunque no se supiera que existía, de conectar el mundo rural con las artes actuales y utilizarlas como un medio para revitalizarlo. Conocíamos a muchos artistas que estarían encantados de venir a sitios así y con esa idea montamos la primera edición», explica. Desde entonces el festival ha ido creciendo y forjando su propia identidad, basado en dos vertientes. Por un lado, las residencias artísticas en la sede de Leiguarda –que cuenta con una pequeña sala de ensayos y alojamiento– en las que distintos creadores acuden para realizar obras que posteriormente se presentan en el festival. El otro eje es Adar en Ruta, que lleva las diversas propuestas de música, artes visuales y otras formas de expresión por comunidades rurales de toda Asturias.
En la presente edición participarán músicos de reconocida trayectoria internacional como Jone de la Fuente (violín), Almudena Rivas (viola), Natania Hoffman (cello), Mario Molina (piano), Guillermo Laporta (flauta), y Josefina Urraca (piano). El festival presenta un repertorio que incluye obras de Mozart, Debussy, Vivaldi, y compositores contemporáneos como Andrea Casarrubios. También estará la creadora norteamericana Sarah K. Williams con una instalación artística con la que interactuarán las bailarinas Rebeca Martín Tassis e Izar Gayo. Por su parte, la investigadora de la Universidad de Oviedo Raquel López Fernández aportará el componente de transferencia científica y mediación cultural, interpretando y contextualizando las obras presentadas.
El programa, que se inicia mañana con la apertura en Grado de las instalaciones artísticas, seguirá el lunes 12 con un concierto en el Monasterio de San Antolín de Bedón (Llanes). Al día siguiente habrá otro en el Monasterio de Cornellana y el miércoles 14, en el mercado de La Pola de Somiedo. Las actividades se trasladan el viernes 16 a Leiguarda con sendos microconciertos en la sede de Adar y en el Hórreo Casantos, para terminar con un paseo sonoro y sidra. La música en vivo llegará el sábado 17 al Palacio de Miranda-Valdecarzana en Grado, un microconcierto en la Capilla de los Dolores con escenografía de Sarah K. Williams y una instalación también suya en el Palacio de Fontela. La clausurá será el domingo 18 en Leiguarda con un recital en los alrededores de la iglesia y una fiesta popular.
El objetivo del festival, subraya Laporta, es «llevar las artes y música clásica o contemporánea a zonas donde no se espera», una marca que distingue a este evento de otros similares, ya que como apunta: «No buscamos el concepto de festival de música de verano que atrae a gente de todos sitios, algo que aquí podría ser casi contraproducente. Pretendemos revitalizar y activar el propio territorio rural, implicando en ello a la propia población. Algo, por cierto, nada fácil y por eso agradecemos el apoyo que nos brinda Caja Rural para el proyecto y la Consejería de Cultura para financiarlo». El horizonte de la iniciativa: seguir creciendo en el futuro con nuevas ideas y espacios.